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jueves, 6 de abril de 2017

Un paladín en el complejo


Alejandro Abraham es uno de los utileros que tiene Concepción Fútbol Club, que día a día deja parte de su vida en el club. Es querido por todos, aquí te contamos parte de su historia.

En el hotel: Alejandro el utilero del club 

Comienza el entrenamiento del día martes por la tarde, es el primero en llegar y el ultimo en irse, siempre dispuesto a dar lo mejor de si en lo que puede. De mañana se gana la vida haciendo changas, de tarde colabora en la utileria y en los entrenamientos de su amado Concepción Fútbol Club. "Che Ale me pasas agua" le dice el uno del "Cuervo" Diego Antonio, el con ese andar lento como el tic tac de un reloj, de condición humilde, pero con una predisposición enorme para estar al pie del cañón, como un boy scout siempre listo. Es el encargado de realizar la limpieza del vestuario y de tratar que los jugadores se sientan lo más confortable posible. Su piel ajetreada por la vorágine de la vida, de estatura baja, pelo negro y un poco tímido así es Ale como lo llaman todos en el club.

Alejandro Abraham tiene 52 años, padre de tres hijas, colabora en el club desde hace dos años, reparte su vida entre la crianza de sus hijas y el club, muchos le dicen "Serrucho" por un colaborador que estaba antes en el club y que lo había acercado a él para que trabaje como utilero.

Es la envidia sana del hincha mas fanático que pueda existir en un club, esta la mayor parte del día con los jugadores, en los partidos cumple la función de camillero y alcanza pelotas, mas de una vez se unió a los festejos de gol de los jugadores y recibía abrazos como si fuese el él autor de la conquista, cuando el plantel juega de visitante, viaja con ellos y se hospeda en el mismo hotel, es un afortunado de la vida, dirían algunos.

Con su humildad se gano el cariño de todos, a diario recibe muestras de afecto. Todavía se lamenta con el alma no haber podido estar en Salta en aquella final por el ascenso que lograría el "Cuervo".
Le pregunto:
- Ale no fuiste a Salta?
-No pude ir
-Que paso?
-No tenía con quien dejar a mis hijas...

En ese instante sus ojos se llenaron de un brillo inmensurable. Por la emoción tal vez? o el recuerdo de haber corrido, saltado y festejado con otros hinchas que ese 15 de febrero del 2015 no pudieron estar en la vecina provincia. La plaza principal fue el epicentro de dicho festejo, con fuertes cantos y el sonar de redoblantes, Ale grito y bailo eufórico como un león, festejando la gloria del cuervo

Él también es un campeón, un paladín de la vida.






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